Un misterio envuelve las paredes del teatro
Cuenta la leyenda que desde hace casi un siglo una presencia fantasmal recorre los rincones del Teatro Eslava. En el pasado fueron muchos los que aseguraron haberlo visto alguna vez en funciones teatrales, espectáculos y conciertos.
En la actualidad, se dice que habita en la zona alta del edificio y rara vez baja a divertirse con los jóvenes al ritmo de la música. Toda historia tiene su inicio así que antes de conocer al personaje conozcamos el espacio.
De almacén a sala de conciertos
Referente de la noche madrileña y reconvertido en un espacio de múltiples experiencias, Teatro Eslava nació en 1871 como como almacén de instrumentos musicales y salón de conciertos con capacidad para 1200 espectadores.
Pronto empezó a ganar popularidad acogiendo zarzuelas y obras teatrales. Aunque siguió experimentando con otros géneros se especializó en la Zarzuela. Donde un joven bohemio llamado Luis Antón del Olmet empezó a ser un habitual.
¿Quién fue el fantasma de Eslava?
Abogado, periodista, político, novelista, dramaturgo y ensayista Luis Antón del Olmet alcanzó una gran fama en el panorama literario madrileño de principios del siglo XX. Considerado uno de los autores más discutidos y leídos de España en aquel momento, el escritor se hizo bastante famoso en el ambiente bohemio que se extendía en aquella época en la capital.
Murió asesinado el 2 de marzo de 1923, mientras preparaba el estreno de una de sus obras (“El capitán sin alma”) en el Teatro Eslava, lugar donde ejercía la mayor parte de sus actividades artísticas.
Olmet y su asesino
El rumor de que Olmet hubiera tenido una relación secreta con Catalina, la esposa de su socio y amigo el escritor Alfonso Vidal y Planas, fue el detonante de la tragedia.
Olmet se abalanzó sobre su socio, pero éste se defendió con una pistola con la que disparó a quemarropa causándole la muerte. El herido se desangró en brazos de su amada, en el mismo teatro en el que acababa de conocer el éxito y que había forjado la enemistad con su asesino. Vidal y Planas fue condenado a 12 años de cárcel, aunque solo cumplió una cuarta parte de la pena.
Muerto el hombre nace la leyenda
Se dice que desde aquel momento el espíritu de Luis Antón del Olmet quedó atrapado bajo los muros del Teatro. Cada noche, después de un concierto o una sesión, cuando el personal de limpieza ha terminado y los vigilantes de seguridad cierran las puertas, el murmullo de un lamento acompaña una sombra que se desliza por los pasillos y escaleras.
Las luces se apagan y se encienden mientras el fantasma de Olmet vaga por el Teatro. De madrugada se acerca al escenario para ver la representación de su obra. Intentando encontrar una respuesta a su muerte violenta e inesperada pero no lo consigue.
Hay quienes dicen que, lo que realmente busca, es a su amor perdido. La felicitación de su dama que no llega y por eso sigue apareciendo incansable cada noche.